Thursday, April 19, 2012

:::El lugar para mí:::

Y a mí me gustaba mi trabajo, pienso una y otra vez, así, en tiempo pasado y con la pena metida dentro del corazón. A mi me gustaba mi trabajo, porque pensaba que hacíamos algo bueno por la niñas, que les dabamos amor a ellas y a sus familias, que estábamos ahí para mostrarles nuevas formas de relacionarse y de enfrentar a la vida.

Me gustó menos mi trabajo el día en que no entendí una broma y la otra psicóloga, dijo que yo no me adaptaba a ellas y menos aún el día que llegué a trabajar y habían ocupado mi escritorio en la oficina. Me gustó menos mi trabajo la primera vez que mi jefa le gritó a una niña y me gustó menos todavía la primera vez que me gritó a mí.

No me gustó cuando la asistente social dijo que una de las niñas iba a terminar siendo prostituta igual que su hermana, porque yo no creo que ser prostituta sea denigrante, cuando las mujeres lo eligen libremente, y porque yo creo que las personas tenemos libertad para ser lo que queramos ser, independiente de nuestras familias. Me molesté cuando ella misma dijo que mi Juanita (una de mis niñas) iba a terminar siendo la mantenida de su pareja, porque creo que si es feliz, da lo mismo. Me enojé cuando otra compañera de trabajo dijo que le gustaba como era la Sutanita y ella le contestó que Sutanita iba a terminar embarazada del pololo.

Les contesté todas esas veces.

Mi trabajo me siguió gustando a medias hasta ayer, cuando en medio de una conversación, mi jefa se enojó y me dijo que "Ellas" (mis compañeras de trabajo) no estaban contentas con mi forma y yo caí en cuenta que hablan de mí cuando yo no estoy.

Ese fue el límite. Puedo aceptar sus diferencias, pero ellas no pueden aceptar las mías y además, no son capaces de decirmelo en mi cara, hablan de mí cuando yo no estoy presente.

"No nos sentamos acá a hablar de tí" me dijo la asistente social.

"Pero se sientan acá, cuando yo no estoy, y hablan de mí" le contesté.

Silencio.

Soy el lunar, la oveja negra, el punto de vista disidente y molesto. Ellas se llevan todas bien, todas estan de acuerdo. Yo no.

Ese no es el lugar para mí y me pregunto una y otra vez: ¿Existirá el lugar para mí?

Thursday, April 12, 2012

:::Por Amor:::

He estado escribiendo mucho, de hecho, he tenido un año de mucha producción literaria, solo comparable con el año en que me enamoré de mi amigo Colorín y escribí muchos cuentos en su honor, claro que ninguno de ellos era exactamente un historia de "Amor". A mi eso de escribir sobre el amor nunca se me ha dado bien, es una lástima porque mi cuñado dice que la novela rosa es muy apetecida.

Escribir siempre fue mi sueño, pero la verdad es que existen dos tipos de sueños: Los que uno se plantea y sigue para poder cumplir ; y los que uno se plantea como una buena idea a realizar en un futuro hipotético. Escribir para mí era del segundo tipo, algo que era entretenido pesar en hacer, pero que no hacía ningún esfuerzo por en verdad hacer.

En el tiempo que me enamoré de mi amigo Colorín fui muy prolífera, porque escribía pensando en él. Quería que sus ojos me descubrieran a través de mis cuentos, estaba segura que eso iba a hacer que se enamorara perdidamente de mí, el objetivo era claro y mi escritura tenía una musa a quien impresionar. Por supuesto no funcionó de esa forma y Colorín no se dio cuenta que yo existía hasta varios años después cuando me tuvo tendida en su cama... pera esa es otra historia, el punto es que cuando desistí de su conquista, vinieron muchos años de silencio, pensando en una que otra buena historia, que terminaba sus día siendo eso: Un pensamiento de una buena historia.
El año pasado en esta misma fecha me encontré con mucho tiempo libre. Por mi cabeza pasó la idea de dedicarlo a escribir, pero también me pregunté ¿Para qué?, cual era el sentido de gastar todo ese tiempo y esfuerzo en escribir algo que probablemente NUNCA iba a publicar. Entonces, como una visión iluminada vino a mí su rostro.

La primera persona que escuchó mis historias, que me dijo que podía escribirlas, que aún conserva el primer cuento que escribí en mi vida como un tesoro para la posteridad y que ha sostenido sistemáticamente a lo largo de los años que yo DEBO escribir: Mi hermana.

Decidí que iba a sentarme a escribir para ella y por ella, para convertirla en una musa inspiradora, como su admirada Sra. Monet y para honrar la confianza que siempre me ha tenido.

Me senté a escribirle historias, tal y como se las contaba cuando eramos chicas. Me senté aterrada delante de una hoja de papel creyendo que no tendría fuerzas para terminar lo escrito y dejaría a mis pobres personajes botados a la mitad de la historia, como solía hacerlo. Me senté día tras día sin permitir que mis temores le ganaran la pelea a mi imaginación.

Terminé el primero y continué con otro cuento y luego otro más , y sin darme cuenta cómo surgieron en mi cabeza historias nuevas de las cuales me enamoré y el cuento se transformó en el primer capítulo, porque no puedo dejar de contar esa aventura.

Lo que quiero decirles, quizás dándome muchas vueltas, es que no sé escribir de amor, que prefiero las aventuras fantásticas, pero aún así, el amor tiene todo que ver con lo que escribo. Escribo por amor, primero por amor a mi hermana, después por amor a mis adorables personajes y por último por amor a mí, que encuentro en el misterioso espacio de las letras el lugar exacto al que pertenezco.

Como verán, sin amor no tendría nada decir.

Monday, April 09, 2012

Queridos Amigos:


Tengo que decirles que de verdad lo intente. Tomé un libro de Paulo Cohelo y realmente intente leerlo liberada de todo prejuicio. Lo hice porque el sr. en cuestión está en twitter y es bien simpático, según me contó mi hermana que estuvo en un video chat con él, pero no pude terminar de leer su libro. Su voz narradora provoca un instantáneo sopor en mí y a la mitad de la página, ya me he dormido.

De forma tal que ya no habrán libros de Cohelo en mi lista de lecturas, si alguien escribe un post sobre alguno de sus libros, avísenme y feliz paso a descubrir sus historias en la voz de alguien que no me haga dormir.


Cariños a todos.