Daryl se convirtió en unos de mis
personajes preferidos de la pasada temporada de “The walking death”, debo
confesar que él fue la razón por la que me comprometí con esta temporada de una
forma que no logré hacer que ninguna de las anteriores. Me resultó muy
llamativa la unión de Daryl y Beth.
Ella armada de entusiasmo y poseedora de un
positivimo que raya en lo “rosa”, logró mostrarnos el lado más amable de Daryl,
uno que se había vislumbrado en su relación con Carol y Judith, pero que no
había alcanzado el protagonismo que tuvo, al quedar abandonado en la total
destrucción, junto a la dulce Beth.
Las redes sociales me sirvieron
para caer en cuenta que no soy la única que prefiere a Daryl sobre otros
personajes, durante la transmisión del notable capítulo final de esta
temporada, fueron muchas y muchos quienes tuvieron palabras de admiración y
elogios para Daryl.
Creo que se debe a que la de este
personaje es una historia de redención y todos desfrutamos una buena historia
de redención, porque nos hace creer que el cambio es posible, que la bondad
existe en toda la humanidad y que muchas veces son las circunstancias las que
hacen de nosotros héroes o villanos.
Y si lo pensamos bien, si el
mundo como lo conocían no se hubiese acabado en un Apocalipsis zombie, Daryl
seguiría siendo un renegado de la sociedad que no quisieras tener cerca, por
suerte para él, las cosas cambiaron y si el mundo se llenara de zombies, no
quisiera tener a nadie más cerca que a Daryl y su ballesta.
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