Esta trilogía se trata de una
distopia, pero es en realidad una historia de amor, llamémosla distopia
romántica, no esperemos más que eso y nadie saldrá defraudado. Al menos a mí no
me defraudaron ninguno de los tres libros, al contrario, me atraparon y los
disfruté mucho.

En el primer libro Cassia nos
cuenta la historia de su vida en “La sociedad”, donde todo es perfecto y
planificado, incluso si creen que eres apto para hacer familia, te eligen la
pareja en una ceremonia en la adolescencia y todos viven felices para siempre.
A Cassia le toca emparejarse con su mejor amigo Xander, que por supuesto es un
sueño de adolescente, guapo, inteligente, simpático y bien portado, que más
encima “la sociedad” dice que será doctor. Cassia esta súper feliz con su futuro
marido, hasta que ve la ficha (Una especie de CD con los datos de la pareja) y
le aparece la cara de otro tipo llamado Ky, que estudiaba en su escuela, pero
que la sociedad dice que es un “anómalo” y que no es apto para emparejarse ni
para estudiar, así que lo mandaron a trabajar en un fabrica.
Ky también es guapo y por esas
coincidencias de los libros quedan en una actividad de montaña juntos todas las
semanas, con lo que se van conociendo cada vez más y se unen a través de la
magia de escribir a manuscrito, lo que en la sociedad no se hacía porque todos
escriben en computadores.
Me la pase todo el primer libro
esperando el beso y tras docientas páginas más menos, vino el beso y por
supuesto, la expulsión de Ky de la sociedad a las provincias exteriores, donde
se pelea una guerra contra un enemigo ficticio que nunca me quedó claro quienes
eran, pero que para la historia de amor no importan mucho.
En el segundo libro, Ky nos
cuenta su historia que trata de cómo sobrevive en estas tierras áridas y
lejanas, donde la sociedad le hace creer a todos los jóvenes desterrados que
pelean contra un enemigo desconocido, cuando en verdad lo va eliminando poco a
poco. Ahí conoce a Vick, un joven luchador y valiente, que es expulsado de la
sociedad por enamorarse de una anómala a la que muere amando.
Por su parte, Cassia nos cuenta
como, entregada a búsqueda de la ubicación de Ky, descubre la existencia de la
rebelión, un grupo que sigue a la figura de “El piloto”, que se supone los
llevara a vencer a la sociedad. Después de varios ires y venires, parte a las
provincias exteriores junto a Indie, una chica de cabellos rojos que quiere
unirse a la rebelión.
Me pasé este libro esperando el
momento en que Ky y Cassia se reunieran lo que también ocurre cerca de la
página doscientos. Luego tienen sus primeros problemas de pareja y se
reconcilian justo antes de unirse a la rebelión.
El tercer libro se enreda un poco
más porque lo cuentan todos Ky, Cassia y Xander.
Ky es piloto de la rebelión y
tiene un breve momento romántico con Indie. Xander está de doctor cuando la
rebelión suelta un terrible virus que enferma de muerte a todos los no
vacunados, por supuesto la rebelión tiene la cura y con eso obliga al fin de la
sociedad. Ahí xander conoce a Lei, doctor como él, que se enferma de muerte
cuando el virus muta.
Cassia, por su parte, esta
dedicada a difundir el arte y cuando el virus acaba con la sociedad y todos son
más libres, crea una especie de centro cultural que me pareció de lo más freak.
Finalmente, la mutación del virus
se sale de control, el piloto obliga a Ky, Cassia y Xander a buscar una cura y
se los lleva a las montañas, donde hacen vacunas con flores de lo más
artesanal. Por supuesto encuentran la cura, los protagonistas se salvan y se
hacen unas elecciones de lo más democráticas.
Esta no es una distopia de
aventuras, si así lo fuera sería horrible, porque la parte de aventuras es
fome, de hecho me la salté descaradamente. Esta no es una distopia sobre el
crecimiento de la protagonista, porque los chicos de la historia crecen algo,
pero ella acaba en una mezcla de heroína de acción y hippie artística.
Esta es una distopia romántica,
entretenida y livianita.