Thursday, March 20, 2008

:::MAXIMAS:::

Si uno cree realmente ser un ganador, nunca va a perder.
La frase anterior puede sonar a petulancia, todo ganador es en el fondo algo arrogante, de hecho es dificil aprender a convivir con un verdadero ganador, porque la mitad del tiempo dan ganas de agarrarlo del cuello y convencerlo de que la vida no es tan fácil y que las cosas SI salen mal y que NO es posible que todo lo que le pase sea SIEMPRE bueno.

Todo lo malo puede ser aún peor.
Este es el bendito contraste, en la otra cara de la moneda no es fácil tampoco convivir con verdadero perdedor, no cualquier perdedor, sino con uno de VERDAD, de esas personas a las que todo, pero ABSOLUTAMENTE todo les sale mal y NADA, pero NADA, les resulta. A este también dan ganas de agarrarlo del cuello y decirle que NO es posible que las cosas salgan siempre mal y que SI es posible que las cosas sean SIEMPRE buenas.

Yo tengo a uno de cada uno y el último tiempo he estado tironeada entre las novedades siempre buenas de uno y las novedades siempre malas de la otra. Ayer mismo tuve el contraste mas terrible cuando terminé de escuchar penurias en una conversación y empecé a escuchar alegrias en la otra, ya como que decidí que vivir en un espiral emocional entre tanto bueno y tanto malo no es sano para mí así que reflexioné y tomé una desición de vida.
Tengo la convicción de que en la vida de cada persona pasan cosas malas, ninguna vida es perfecta, pero es el significado que le damos a esas cosas que nos pasan, lo que gatilla que seamos felices o miserables, la felicidad es una desición y cuando la tomamos nada realmente malo puede pasarnos, porque de alguna u otra forma veremos que algo bueno también nos pasa al mismo tiempo.
Yo no creo en la suerte, yo creo en Dios, en las vibras y en el poder del pensamiento, creo que somos lo que pensamos y creo que siempre hay algo que agradecer y si lo pienso, aún en los peores momentos que he pasado tengo algo que agradecer y que me hace sentir llena de bendiciones.