Thursday, January 12, 2012

:::Sectas doctas:::


En esto de la psicología en lo que metí hace 12 años (¡Cómo pasa el tiempo!), el tema de la realidad parece ser una cosa muy importante. ¿Quién la construye?, ¿Cómo la construye?, ¿Qué se hace con eso que se construyó?, son algunas de las preguntas que exigen respuesta, pero ¡Mucho cuidado!, que según y como respondas a esas preguntas te ves amarrado a algo que los colegas más doctos llaman epistemología y una vez que te amarras a una epistemología, todo lo que hagas va a ser considerado como consecuencia directa de tu pertenecia a esta epistemología. Es como si te unieras a una secta cuyo profeta es un señor, preferentemente fallecido, al que se le ocurrió alguna vez una brillante idea respecto al tema de la realidad. Estoy segura que esa idea se les ocurre sentados en el baño.

Como todo buen miembro de una secta, los seguidores de una determinada epistemología rechazan los planteamientos de todas las otras, las consideran poco explicativas de la realidad, poco serias, límitadas y se burlan abiertamente de los miembros de las otras sectas. En lo único que todas las sectas coinciden es en que lo peor que puede existir es no tener epistemología, eso en esta profesión habla de falta de seriedad y de poco profesionalismo.

Todos ellos me cargan, no me gustan las personas que se aferran a sus formas de pensar y descalifican las otras millones de posibilidades de pensar distinto. Tampoco me gustan las personas con pretensiones intelectuales, especialmente cuando se aferran a ellas como si fueran el oxigeno que respiran.

Pero la discusión sobre la realidad no me molesta, yo creo que es una construcción social que se da desde el lenguaje. Eso del lenguaje me acomoda, porque creo que las palabras con las que escribo mi vida son más bonitas que mi vida misma, pero entro en conflicto cuando pienso en el arte y caigo en cuenta de que hay mil sensaciones que el lenguaje no describe como experiencia.

También creo que la realidad es mágica, que el amor puede cambiar al mundo y que una sonrisa puede cambiar tu día, solo les pido, no se lo digan al profesor de epistemología con el que me voy a encontrar mañana, creo que él podría reprobar mi postítulo si tan solo lo sospechara.

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