Monday, January 23, 2012

:::DE PROBLEMAS Y SOLUCIONES:::


Los que nunca se han dado vueltas entre sus sábanas de madrugada buscándole solución a algún problema de su vida, reciban toda mi admiración, mi respeto y un aplauso de pie. Y es que en el día uno puede engañar al problema haciendo cosas, cualquier cosa sirve, mientras te repitas que aquello que haces es LO MAS IMPORTANTE. Por el contrario, en la noche, recostada mirando el techo, es más dificil convencer al problema que aquello de dormir es VERDADERAMENTE importante, pues parece que al problema le importa un rabanito eso de las 8 horas de sueño reparador. No lo culpo, el pobre problema ha estado intentando que te des el tiempo de verlo y pensar en él durante todo el día, pero tu te concentras en esas cosas que son LO MAS IMPORTANTE y lo dejas abandonado. Como el problema es rencoroso y vengativo, cuando ve la oportunidad de captar tu atención, lo hace con todas sus fuerzas.

Pero el problema no es malo, el problema es una entidad solitaria, cuyo único deseo es ser acompañada de la solución y la solución siempre es la respuesta más sencilla de todas. Si la solución fuese algo complicado, entonces nadie la podría poner en práctica y no sería solución. Los complicados somos nosotros, los seres humanos, que desconfiamos de las soluciones fáciles como si quisieran estafarnos.

Ahora, que la solución no nos guste porque no es exactamente lo que queremos, eso es un tema distinto. Con lo hedonistas que somos, si nuestro problema se solucionara con lo que queremos, no quedaría oro ni aceite para masajes en el mundo.

Por lo tanto, NO SEAMOS PATUDOS. El sol sale todos los días, aún tenemos agua en el mundo, oxigeno para respirar, ideas en nuestra mente, existe gente que nos quiere así como somos y aún nos quedan noches para darnos vueltas atormentados por problemas que buscan solución. El resto, viene en camino.

Thursday, January 12, 2012

:::Sectas doctas:::


En esto de la psicología en lo que metí hace 12 años (¡Cómo pasa el tiempo!), el tema de la realidad parece ser una cosa muy importante. ¿Quién la construye?, ¿Cómo la construye?, ¿Qué se hace con eso que se construyó?, son algunas de las preguntas que exigen respuesta, pero ¡Mucho cuidado!, que según y como respondas a esas preguntas te ves amarrado a algo que los colegas más doctos llaman epistemología y una vez que te amarras a una epistemología, todo lo que hagas va a ser considerado como consecuencia directa de tu pertenecia a esta epistemología. Es como si te unieras a una secta cuyo profeta es un señor, preferentemente fallecido, al que se le ocurrió alguna vez una brillante idea respecto al tema de la realidad. Estoy segura que esa idea se les ocurre sentados en el baño.

Como todo buen miembro de una secta, los seguidores de una determinada epistemología rechazan los planteamientos de todas las otras, las consideran poco explicativas de la realidad, poco serias, límitadas y se burlan abiertamente de los miembros de las otras sectas. En lo único que todas las sectas coinciden es en que lo peor que puede existir es no tener epistemología, eso en esta profesión habla de falta de seriedad y de poco profesionalismo.

Todos ellos me cargan, no me gustan las personas que se aferran a sus formas de pensar y descalifican las otras millones de posibilidades de pensar distinto. Tampoco me gustan las personas con pretensiones intelectuales, especialmente cuando se aferran a ellas como si fueran el oxigeno que respiran.

Pero la discusión sobre la realidad no me molesta, yo creo que es una construcción social que se da desde el lenguaje. Eso del lenguaje me acomoda, porque creo que las palabras con las que escribo mi vida son más bonitas que mi vida misma, pero entro en conflicto cuando pienso en el arte y caigo en cuenta de que hay mil sensaciones que el lenguaje no describe como experiencia.

También creo que la realidad es mágica, que el amor puede cambiar al mundo y que una sonrisa puede cambiar tu día, solo les pido, no se lo digan al profesor de epistemología con el que me voy a encontrar mañana, creo que él podría reprobar mi postítulo si tan solo lo sospechara.