Monday, April 23, 2007

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Abrió la puerta y sintió de golpe el aire helado de la mañana en su cara, estaba en un lugar completamente frío y a su alrededor, había mucho movimiento y una luz que la segaba.
Sintió miedo y comenzó a temblar, ella no quería estar ahí, no había pedido estar ahí, no entendía porque las cosas tenían que cambiar, si hasta antes de que se abriera la puerta ella se encontraba tan bien. El lugar de donde venía siempre era cálido, suave y cómodo, era cierto que en el último tiempo se había vuelto algo estrecho, pero ese no era suficiente motivo como para que la expulsaran de semejante manera.
Escuchó un sonido y la vista se le nubló, descubrió que tenía agua en la cara y que era ella misma la que gritaba despavorida y enrabiada.
- Hola mi niña.
Esa voz la conocía, la había escuchado antes y le gustaba, cada vez que la oía se sentía tranquila y feliz. Todos sus sentidos se pusieron entonces al servicio de buscar el lugar de donde provenía esa voz maravillosa, al comienzo fue solo una mancha borrosa, luego fue acercándose más y cuando ya la tuvo tan cerca que podía tocarla con su nariz, la reconoció, era...
- Bienvenida al mundo Lucía, soy yo, tu mamá.
Y aunque nunca antes la había visto, Lucía la reconoció y supo que todo estaría bien, era su mamá.

3 comments:

playera said...

Precioso Romina,
Estos son los momentos que dan sentido a la vida.
un beso
Clara

Silvia said...

Que lindo! asi de conectadas estubimos mi hija y yo, es lindo reconocerse sin haberse visto nunca,que sabia es la naturaleza que nos presenta ese milagro de dar vida como algo cotidiano...

Cariños

Silvia.

Silvia said...

Tiempo sin escribir ¿En que andas?
Espero estes bien.

Cariños,

Silvia.

04-05-07