Saturday, January 14, 2006

:::Contigo Estoy en casa:::

Estos primeros días del año he ido a refugiarme a la casa de mi hermana, allí siempre sucede algo digno de disfrutar, ya sean las antológicas peleas de los niños, ella tratando de encontrar un momento para estar sola o los perros corriendo en el jardín. A su lado me siento más yo que nunca y me recuerda todas las cosas buenas que tengo y las cosas divertidas y no tanto que me han sucedido en la vida, en su casa recordé mi afición por los libros para niños, una taza medio fría de café bien dulce, los dibujos animados y las telenovelas venezolanas de la tarde (Esas donde la gente es llamada por sus dos nombres o por su nombre y apellido); recuperé las ganas de decir y reirme de las cosas más tontas y de cantar canciones mientras camino por la calle; Volví a sentir la alegría de las cosas simples como la conversación con un niño, el cariño de un perro, el ronroneo de un gato y ver abrirse una flor.
Mi hermana ha sido mi compañera fiel y me ha protegido con su vida de todas las desgracias del mundo, de ella aprendí yo que a la gente que se quiere se la protege con garras y dientes "a matar o morir", gracias a ella tengo la posibilidad de ser la soñadora optimista que soy, porque durante mi vida (que ha estado rodeada de acontecimientos trágicos), ella me ha protegido con un halo de luz y yo he podido avanzar sin que los males del mundo me toquen. Ella me quiere con un cariño incondicional, como si me hubiera parido a los 8 años (esa edad tenía ella cuando yo nací) y me permite sacar lo mejor de mí. Yo no sé que hice para que me quiera tanto, pero si mi hermana no estuviera yo no sería la persona que soy, si ella no me hubiera acompañado paso a paso en la vida, mi historia sería otra.
No tengo como darte las gracias, toda mi vida, como buena hermana menor he tratado de seguir tus pasos, de imitarte haciendo lo mismo que tu, pero yo no tengo tu capacidad, no te llego ni a los talones...Solo te puedo decir que toda la felicidad que tienes ahora es porque tuviste la generosidad de protegerme con tus lágrimas de nuestra dificil infancia, salvaste a una niña y le enseñaste a soñar. Y ahora salvaste a una mujer y le recordaste como usar sus alas para volar.
Gracias por prestarme tu casa, igual voy a pasar metida allá, para conversar y robarte comida. Y para que veas que soy obediente no puse ninguna foto jejejeje.

Rominita Chii.

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